
Boca Juniors venció 1 a 0 a Olimpo de Bahía Blanca, en La Bombonera, en lo que fue la octava fecha del Torneo Apertura.
Indiscutidamente ese Dios fue Pa-Pa, ese que volvió de las cenizas y le dio el triunfo a Boca, como resultado de una fusión entre dos delanteros, sí, Palacio y Palermo, quienes convirtieron y le devolvieron una sonrisa al Imperio Xeneize.
Toda leyenda tiene diferentes situaciones que hacen que el lector quede atrapado, y esta contienda las tuvo.
Como inicio, es importante contar quienes fueron los protagonistas, que disputaron esta batalla en La Bombonera (un especie de Coliseo moderno). En un sector se encontraba el local, el Ejercito del General Miguel Ángel Russo, que contaba con dos modificaciones con respecto a la ultima contienda librada, entre sus filas aparecían, Leandro Gracián, como enganche, y Juan Krupoviesa. Del otro lado, aquellos que alguna ves fueron dioses, Olimpo.
Comenzada las acciones, se vio la actitud de ambos bandos por tratar de quedarse con el honor y las riquezas. En Boca era todo asociado, manejando bien los tiempos, tocando y utilizando, tanto para defender como para atacar, cualquier tipo de arma que lo llevara a la gloria. Mientras que en el otro lado del campo, todo era movimientos defensivos, tratando de que los minutos pasen, para así, luego de que el rival se cansara poder intentar algún contraataque que pudiera hacer daño.
Como bendición de los antiguos dioses, como Maradona, Rojitas, y hasta el mismisimo Giunta, a los 8 minutos de la primer etapa, surgió una desatención en la última línea de Olimpo, la cual Palacio, aprovecho con un flechazo para batir la resistencia del escudo de Carlos Navarro Montoya.
No conforme con esto, el conjunto del estratega Russo, siguió atacando y buscando ampliar esa diferencia, y tal vez por esa ambición, llegó el momento triste de la historia, ese que siempre esta en estos relatos, y lo tuvo como protagonista a Ever Banega, a quien le propinaron un duro mazazo en su tobillo derecho, por lo que tuvo que abandonar el terreno de competición, pero a no olvidar, soldado que, en este caso sale, sirve para otra guerra.
La primera etapa finalizó para tomarse un respiro de 15 minutos, para que los estrategas vean a sus heridos y se analicen cuestiones tácticas.
Comenzada la parte final, se divisó mas de lo mismo, un Boca con la sed de siempre de querer ganar, pero esta ves agregándole el plus, de vengar a su compañero caído, y del otro grupo la misma estrategia, esperar.
Fue así que los Xeneizes, se encontraron con muchas situaciones, pero que no supieron aprovechar, dejando a Olimpo con vida y con el riesgo de que tomara coraje y atacara.
Pero fue a los 41 minutos cuando, nuevamente Palacio se filtró en las filas ajenas y buscó que lo tocaran, provocando la sanción de un penal. Esta sin duda, fue la parte del romance en la historia, donde miles de personas corearon el apellido de delantero, para que volviera a hacerse cargo de la pena máxima, ese era Palermo, veterano de guerra, luchador de mil batallas, que dio todo por su gente, ése que aun sigue vigente. Y así fue, decidido a romper con el último obstáculo que tenía enfrente, garrotazo seco y fuerte al medio del arco, haciendo nulo el intento de rechazar la pelota de Navarro Montoya, 2 a 0 y ahora si, Boca Juniors se alzó con el triunfo en esta dura historia.
¿Qué fue de la vida de Palacio y Palermo? Algunos afirman que ya eran dioses y que esta guerra solo sirvió para engrandecer sus nombres, otros dicen que se están levantando de una siesta de la cual venían sufriendo en los últimos encuentros, lo cierto es que todo El Imperio Xeneize, disfruta cuando estos gladiadores encuentran la alegría y hacen grande el nombre de Boca Juniors en todos los campos de batalla.
Indiscutidamente ese Dios fue Pa-Pa, ese que volvió de las cenizas y le dio el triunfo a Boca, como resultado de una fusión entre dos delanteros, sí, Palacio y Palermo, quienes convirtieron y le devolvieron una sonrisa al Imperio Xeneize.
Toda leyenda tiene diferentes situaciones que hacen que el lector quede atrapado, y esta contienda las tuvo.
Como inicio, es importante contar quienes fueron los protagonistas, que disputaron esta batalla en La Bombonera (un especie de Coliseo moderno). En un sector se encontraba el local, el Ejercito del General Miguel Ángel Russo, que contaba con dos modificaciones con respecto a la ultima contienda librada, entre sus filas aparecían, Leandro Gracián, como enganche, y Juan Krupoviesa. Del otro lado, aquellos que alguna ves fueron dioses, Olimpo.
Comenzada las acciones, se vio la actitud de ambos bandos por tratar de quedarse con el honor y las riquezas. En Boca era todo asociado, manejando bien los tiempos, tocando y utilizando, tanto para defender como para atacar, cualquier tipo de arma que lo llevara a la gloria. Mientras que en el otro lado del campo, todo era movimientos defensivos, tratando de que los minutos pasen, para así, luego de que el rival se cansara poder intentar algún contraataque que pudiera hacer daño.
Como bendición de los antiguos dioses, como Maradona, Rojitas, y hasta el mismisimo Giunta, a los 8 minutos de la primer etapa, surgió una desatención en la última línea de Olimpo, la cual Palacio, aprovecho con un flechazo para batir la resistencia del escudo de Carlos Navarro Montoya.
No conforme con esto, el conjunto del estratega Russo, siguió atacando y buscando ampliar esa diferencia, y tal vez por esa ambición, llegó el momento triste de la historia, ese que siempre esta en estos relatos, y lo tuvo como protagonista a Ever Banega, a quien le propinaron un duro mazazo en su tobillo derecho, por lo que tuvo que abandonar el terreno de competición, pero a no olvidar, soldado que, en este caso sale, sirve para otra guerra.
La primera etapa finalizó para tomarse un respiro de 15 minutos, para que los estrategas vean a sus heridos y se analicen cuestiones tácticas.
Comenzada la parte final, se divisó mas de lo mismo, un Boca con la sed de siempre de querer ganar, pero esta ves agregándole el plus, de vengar a su compañero caído, y del otro grupo la misma estrategia, esperar.
Fue así que los Xeneizes, se encontraron con muchas situaciones, pero que no supieron aprovechar, dejando a Olimpo con vida y con el riesgo de que tomara coraje y atacara.
Pero fue a los 41 minutos cuando, nuevamente Palacio se filtró en las filas ajenas y buscó que lo tocaran, provocando la sanción de un penal. Esta sin duda, fue la parte del romance en la historia, donde miles de personas corearon el apellido de delantero, para que volviera a hacerse cargo de la pena máxima, ese era Palermo, veterano de guerra, luchador de mil batallas, que dio todo por su gente, ése que aun sigue vigente. Y así fue, decidido a romper con el último obstáculo que tenía enfrente, garrotazo seco y fuerte al medio del arco, haciendo nulo el intento de rechazar la pelota de Navarro Montoya, 2 a 0 y ahora si, Boca Juniors se alzó con el triunfo en esta dura historia.
¿Qué fue de la vida de Palacio y Palermo? Algunos afirman que ya eran dioses y que esta guerra solo sirvió para engrandecer sus nombres, otros dicen que se están levantando de una siesta de la cual venían sufriendo en los últimos encuentros, lo cierto es que todo El Imperio Xeneize, disfruta cuando estos gladiadores encuentran la alegría y hacen grande el nombre de Boca Juniors en todos los campos de batalla.