
Cuando Tomás Costa anotó de penal el
El partido comenzó con los locales un poco más metidos en el partido, pero sin generar peligro. Banfield solo inquietaba a través de pelotas paradas, mientras que Central intentaba acomodarse en el terreno de juego.
El partido era chato y carente de emociones hasta que a los
El gol era demasiado premio para Central que había echo muy poco como para estar en ventaja. A los
El equipo dirigido por Juan Manuel Llop no reaccionaba y para colmo de males, a los
Apenas iniciado el complemento, Banfield tuvo el empate por medio de Nicolás Pablovich, pero el cabezazo del ex Newell`s no encontró la red y paso a centímetros del arco de Cristián Álvarez.
El partido siguió con Banfield presionando bien arriba en busca de la igualdad y Central parado de contra a la espera de una oportunidad de ampliar la ventaja. Oportunidad que se le presentó a los
Con el resultado y con la gente en contra, el local se sintió herido en su orgullo y comenzó a arrinconar aun más a Central contra su arco. A los
Los minutos pasaban y Banfield llegaba cada vez más. El equipo de Ischia se replegaba contra su arco y para esa altura le había cedido completamente el balón al rival.
A los
El equipo de Ischia no daba dos pases seguidos y la pelota parecía quemarles en los pies a los jugadores. Para colmo de males, Baldassi adicionó 10 minutos por el tiempo que se había perdido en la jugada en la que resultó lesionado Cristián Álvarez
A los
Con el
Cuando el partido se moría, una mano de Andrés Imperiale adentro del área generó un penal para Banfield a los 54 minutos. Todo era negro para Central. Cristián Luchetti se hizo cargo de la ejecución. Castellano lo tapó, pero en el rebote, el arquero local fue más veloz que todos y anotó el
Ya sin tiempo, Baldassi marcó la mitad de cancha y el pitazo desató la locura en los locales. Por su parte, en Central todo era desazón. Jugadores, cuerpo técnico e hinchas, no podían entender como se les había escapado de las manos el primer triunfo del torneo.
Una vez más, Central demostró ser un equipo inmaduro y que no reacciona ante la adversidad.
Ayer, pese a no jugar para nada bien, tenía todo para ganarlo pero sus propios errores, miedos y limitaciones lo llevaron a empatarlo primero y a perderlo después.
Los resultados marcan el peor arranque de la historia desde los torneos cortos. Central no tiene respuestas anímicas ni futbolísticas, y jugando así, serán más los partidos que pierda que los que gane. Un dato a tener en cuenta, sobre todo pensando en la cercanía del clásico.