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sábado, 8 de septiembre de 2007

Una de terror...


Cuando Tomás Costa anotó de penal el 2 a 0 transitorio con el que Central derrotaba a Banfield de visitante, ni el más pesimista hincha Canalla, podía pensar que las cosas terminarían como terminaron. El partido de ayer en el sur bonaerense bien podría servir de libreto para una película de terror. Y en esa película, una vez más, Central es la víctima a los que los fantasmas (extraños y propios), acechan hasta dejarlo agonizante de cara a una historia que terminará a mediados del 2008, y que cada vez se ve más complicada.
El partido comenzó con los locales un poco más metidos en el partido, pero sin generar peligro. Banfield solo inquietaba a través de pelotas paradas, mientras que Central intentaba acomodarse en el terreno de juego.
El partido era chato y carente de emociones hasta que a los 17’, Central agarró mal parado a la defensa local y el colombiano Arzuaga, aprovechó la primera oportunidad que tuvo y marcó el 1 a 0 con un globo desde larga distancia que se metió en el arco de un adelantado Luchetti.
El gol era demasiado premio para Central que había echo muy poco como para estar en ventaja. A los 25’ el Canalla pudo ampliar la diferencia con un cabezazo de Ronald Raldes que definió solo, pero que el arquero del Taladro detuvo sin problemas.
El equipo dirigido por Juan Manuel Llop no reaccionaba y para colmo de males, a los 35’, Darío Cvitanich se lesionó y debió ser reemplazado por Jerónimo Barrales.
Apenas iniciado el complemento, Banfield tuvo el empate por medio de Nicolás Pablovich, pero el cabezazo del ex Newell`s no encontró la red y paso a centímetros del arco de Cristián Álvarez.
El partido siguió con Banfield presionando bien arriba en busca de la igualdad y Central parado de contra a la espera de una oportunidad de ampliar la ventaja. Oportunidad que se le presentó a los 7’, cuando tras una buena jugada, Arzuaga fue derribado en el área. Baldassi no dudó y cobró penal. Central estaba a tiro de ampliar la ventaja. Tomy Costa transformó en gol la pena máxima y los rosarinos comenzaban a sacarse una mochila muy pesada de encima. La primera victoria en el torneo parecía muy cercana, pero…
Con el resultado y con la gente en contra, el local se sintió herido en su orgullo y comenzó a arrinconar aun más a Central contra su arco. A los 25’, Álvarez debió abandonar el partido por una lesión. Anteriormente había sido reemplazado el colombiano Arzuaga por Mariano Messera que volvía a vestir oficialmente la casaca auriazul.
Los minutos pasaban y Banfield llegaba cada vez más. El equipo de Ischia se replegaba contra su arco y para esa altura le había cedido completamente el balón al rival.
A los 40’, el local llegó al descuento gracias a un buen remate de media distancia de Jairo Patiño. El volante ingresó solo y pateó sin marca. El descuento ponía un signo de interrogación al resultado final del partido. Banfield se decidió a ir por el empate y como lo viene haciendo durante todo el torneo, Central no reaccionó.
El equipo de Ischia no daba dos pases seguidos y la pelota parecía quemarles en los pies a los jugadores. Para colmo de males, Baldassi adicionó 10 minutos por el tiempo que se había perdido en la jugada en la que resultó lesionado Cristián Álvarez
A los 48’ Nicolás Pablovich ingresó solo por derecha luego de un pase del ex central Pablo Vitti, y, tras enganchar y dejar en el piso a Imperiale, definió fuerte ante Hernán Castellano que nada podía hacer.
Con el 2 a 2, los insultos se convirtieron en aplausos para Banfield. Con el envión anímico, el local quería ir por más en los minutos que quedaban ya que tanto el reloj, como la inexpresividad del rival, le hacían pensar que era posible.
Cuando el partido se moría, una mano de Andrés Imperiale adentro del área generó un penal para Banfield a los 54 minutos. Todo era negro para Central. Cristián Luchetti se hizo cargo de la ejecución. Castellano lo tapó, pero en el rebote, el arquero local fue más veloz que todos y anotó el 3 a 2 final.
Ya sin tiempo, Baldassi marcó la mitad de cancha y el pitazo desató la locura en los locales. Por su parte, en Central todo era desazón. Jugadores, cuerpo técnico e hinchas, no podían entender como se les había escapado de las manos el primer triunfo del torneo.
Una vez más, Central demostró ser un equipo inmaduro y que no reacciona ante la adversidad.
Ayer, pese a no jugar para nada bien, tenía todo para ganarlo pero sus propios errores, miedos y limitaciones lo llevaron a empatarlo primero y a perderlo después.
Los resultados marcan el peor arranque de la historia desde los torneos cortos. Central no tiene respuestas anímicas ni futbolísticas, y jugando así, serán más los partidos que pierda que los que gane. Un dato a tener en cuenta, sobre todo pensando en la cercanía del clásico.