
Un Newell´s entonado por los triunfos conseguidos ante su gente, llegó a Sarandí con la firme convicción de conseguir tres puntos vitales, contra un Arsenal que no venía nada bien.
Desde el inicio, se pudo ver al local mucho mejor parado dentro de la cancha y moviendo la pelota con criterio. En los primeros quince minutos, Arsenal tuvo al menos cuatro aproximaciones serias al arco defendido por Justo Villar. Los de Sarandí eran, con muy poco, mejores que la lepra.
A los 24, llegaría la apertura del marcador por parte de Ulloa, tras un centro muy bien ejecutado por Martín Andrizzi y una clara distracción de la defensa rojinegra que dejó solo al ex delantero de San Lorenzo.
A partir de allí, Arsenal se aferró al resultado con uñas y dientes. Newell´s fue con mucha gente en busqueda de la igualdad, pero lo hacia de manera desordenada.
De tanto ir, el equipo del parque tuvo un par de chances para empatarlo. La más clara la tuvo Salcedo, pero su cabezazo fue devuelto por el travesaño.
En el complemento las cosas no cambiaron. Con un Arsenal decididamente parado de contra, a los dirigidos por Pablo Marini no les quedó otra que atacar y atacar en busca de la tan ansiada igualdad. Promediando la segunda etapa, el técnico leproso mandó a la cancha a Donnet y a Da Silva, intentando modificar el resultado y llegar con más peligro.
Justamente, fueron estos dos, quienes protagonizaron cerca del final del partido la jugada que pudo ser el empate de los rosarinos. Da Silva se la bajó a Donnet quien quedó solo y desde una buena posición, remató fuerte, pero su tiro fue atajado por el seguro Mario Cuenca.
En el último minuto lo tuvo Spolli de cabeza, pero otra vez el arquero local, ahogó el grito de la lepra.
Newell´s perdió tres puntos muy valiosos. Nunca se sabrá si con todos los titulares, el equipo de Marini hubiera ganado, pero seguramente el funcionamiento habría sido mejor. Si bien mereció empatar, está visto que de visitante le cuesta mucho más que de local. Ahora tendrá que ir por todo en el partido del miércoles ante River, para volver a caminar hacia adelante, volverse a meter en la conversación y por sobre todo, no volver a dar otro paso en falso.