
Un análisis rápido y fácil diría que Central estuvo a dos minutos de ganar. Un análisis más profundo y cierto, diría que Central nunca encontró el rumbo, que no creó ninguna jugada elaborada de peligro y que el buen juego que por momentos mostró en la bombonera no se repitió en ningún tramo del cotejo frente a Gimnasia.
Un Gimnasia que tuvo mayor control de pelota, mayor volumen de juego y más chances de gol que el equipo local.
Central arrancó el partido desordenado y en más de una oportunidad pasó sofocones que fueron apagados por un inspirado Cristian Álvarez.
Con el correr de los minutos, los canallas se fueron acomodando y comenzaron a acercarse al arco defendido por el ex Newell´s, Cejas, pero de manera no muy peligrosa.
A los 15' llegó la apertura del marcador, luego de una buena jugada realizada por Emiliano Papa, quien desbordó por izquierda y mandó un centro preciso que Damián Díaz mandó a la red con un potente derechazo. El 1 a 0 era demasiado premio para un Central que de ninguna manera merecía ir ganando.
El gol cambió bastante el trámite del encuentro. El equipo de Ischia mejoró notablemente su juego en los minutos posteriores al gol y a través de la dupla Díaz-Papa elaboró varias jugadas por el sector izquierdo, que provocaron mucho entusiasmo en la gente.
Con el correr de los minutos, el juego fue decayendo nuevamente, y Gimnasia retomó el control de las acciones.
Entre los 35' y los 40', el arquero canalla ahogó en dos oportunidades el grito de gol de los triperos que a esa altura merecían holgadamente la igualdad. Igualdad que llegó por decantación a los 42', tras un disparo de Luciano Leguizamón que se desvió en Silva y descolocó a Álvarez.
En el segundo tiempo, ya sin Papa (reemplazado por lesión por Gervasio Núñez), los canallas salieron decididos a ganar el partido, pero nuevamente chocaban con sus propias limitaciones y con la inexpresiva labor de Gonzalo Belloso y Emilio Zelaya.
Tan mala era la tarea realizada por los delanteros que antes de los 15' ya habían sido reemplazados por Claudio Velázquez y José Vizcarra. Precisamente fue este último quien a los 21' tras un centro perfecto de Núñez conectó un tremendo cabezazo para poner el partido 2-1 para los de Ischia.
De ahí en adelante el partido se hizo muy disputado en mitad de cancha. Ambos equipos carecían de claridad y eficacia para armar juego.
A los 35', el DT tripero, Francisco Maturana, hizo ingresar a Sergio Leal en lugar de Leguizamón para buscar el empate.
El partido siguió su curso y a los 42', un error de Raldes (de buena labor hasta allí), le permitió a Pablo Batalla estampar el empate del equipo platense, que por lo hecho a lo largo del partido era más que merecido.
Central salió desesperado en busca del gol salvador que jamás llegaría. Al final del encuentro, el árbitro Jorge Baliño (de muy mala labor), expulsó a Santiago Gentiletti por un supuesto insulto al juez de línea. Los canallas quedaban con un hombre más, pero prácticamente sin tiempo.
El pitazo final decretó el empate y sembró un mar de dudas y mal humor de cara a lo que vendrá.
Como contra Boca, lo negativo, el ítem a mejorar, es sin dudas el juego de ofensiva.
Ischia tendrá que empezar a buscar variantes en esa zona de la cancha, de lo contrario seguirá padeciendo carencias que a esta altura y con estos nombres, parecen muy difíciles de llenar.