RelojesWeb para Pisos!

viernes, 31 de agosto de 2007

Rojo… de vergüenza.


Boca Juniors se impuso ante el puntero Independiente, 3 tantos contra 2, en Avellaneda. Los goles para Boca los marcaron, Guillermo Rodríguez, en contra, Martín Palermo y Leandro Gracián, mientras que Germán Denis, puso en ventaja a los locales y Carlos Matheu descontó sobre el final.
Sin duda que este partido, por como venía el campeonato y por la historia que tienen ambos equipos, sería uno de los mas importantes de la fecha y, porque no a futuro, el del campeonato.
Por el lado de Independiente, era una prueba importante de cara a las aspiraciones por el campeonato, también porque hubiese llegado a su 5ta victoria sobre cinco partidos disputados, y como condimento extra, ganarle a Boca, su rival en torneos internacionales, cosa que no logra hace bastante.
En cuanto al conjunto Xenieze, seguir prendido en el campeonato e ir encontrando el equipo, apostando a las recientes incorporaciones.
Como se esperaba el partido comenzó con emociones rápidamente, a los 2 minutos de comenzado el encuentro, luego de una jugada de Rodrigo Diaz, quien asistió a Daniel Montenegro, que con un pase al medio del área, dejo solo a German Denis para que convierta.
De arranque el puntero se puso en ventaja, mientras que en Boca había mucha confusión, que con el correr de los minutos fue desapareciendo, como consecuencia de el buen manejo de la pelota, utilizado por las bandas, tal es así que a base de ataques mediante Rodrigo Palacio, Boca generó muchos tiros de esquina, y gracias a uno de ellos llegó el empate, centro pasado, que con mucho esfuerzo, Palermo logró volver a meter dentro del área chica, y Palacio con un cabezazo bajó la pelota para que Rodríguez, en afán de querer rechazar la pelota, no haga mas que empujarla en su propio arco.
A esta altura el clásico estaba muy parejo, muchas llegadas por los dos lados, mucho esfuerzo, por lo que el primero tiempo se fue en tablas.
Fiel a las expectativas que generaba el partido, al minuto de comenzada la segunda etapa, centro al punto del penal de Hugo Ibarra, y cabezazo potente de Palermo, para dar vuelta un partido, que para los Xeneizes, de arranque parecía caótico. De nuevo el nueve, ése que hace unos meses, en ese mismo arco, pero de 40 metros marcaba un gol histórico, si la pesadilla del Diablo que hasta ahora nunca supo como marcarlo.
Con el resultado a cuestas, Independiente buscó sin mucho orden el empate, mediante pelotazos, centros y gambetas inútiles, y tal vez, en forma de castigo a los 23 minutos, se produjo lo que puede llegar a ser el comienzo de algo muy grande, el gol del refuerzo mas esperado de este semestre, el que llegó para que no se extrañe tanto a Riquelme, el recién ingresado en cancha, Leandro Gracián, quien recibió de Ever Banega una pelota perdida por Lucas Pusineri, y que con un toque se sacó la marca de Rodríguez, teniendo así, camino libre hasta la ubicación del arquero del Rojo, Fabian Assman que tirándole la pelota larga lo dejó desairado y con un toque suave marcó el 3 a 1.
Al parecer un resultado muy abultado, pero no por eso inmerecido porque el conjunto de La Rivera supo manejar el partido ante la situación de ir abajo en el marcador.
Como anécdota quedará el gol de Matheu, que lo único que hizo fue darle algo mas de color al resultado, ya que lo de los de Avellaneda era mucha incertidumbre en ataque y por el lado de la visita, cada llegada una ocasión de gol, y si no lo era, se la fabricaban pateando desde mitad de cancha (¿burla por el golazo de Palermo?).
El pitazo final llegó, alegría y empujón anímico por el lado de los Xeneizes, frustración y porque no vergüenza por el lado del Rojo, eso si, van cinco fechas, falta mucho.
Alejandro Renzi, para Fútbol Rosario.